La Iglesia celebra hoy la Jornada Mundial de la Comunicación Social. Entendida como una organización, genera información y desarrolla eventos que son seguidos por los periodistas generalistas al margen de sus propios medios de comunicación, como pueda ser la revista Sembrar o los espacios radiofónicos de COPE. Al igual que ocurre con otras áreas en el ámbito provincial, quienes cubren este tipo de información no suelen estar especializados en esta materia y es de agradecer la labor que se realiza desde su “gabinete de comunicación” que en la diócesis de Burgos depende en la actualidad de Álvaro Tajadura.
El nombramiento del nuevo arzobispo, Fidel Herráez, o la reciente beatificación de cinco mártires burgaleses, la primera que se realizaba en la historia milenaria de la diócesis, son ejemplos de las labores de información, comunicación y documentación que realizan y ponen al servicio de los periodistas, lo que facilita tanto el trabajo previo como el seguimiento de cada uno de los actos.
El dossier de la beatificación recogía las claves de la celebración (“breve guía para no perderse en la ceremonia”) y un listado de asistentes con sus nombres completos y cargos para no dejarse a nadie ni andar preguntando cómo se escribe, por ejemplo, Thomas Thekkekarote Kurian, párroco de Villanueva de Argaño, localidad natal de uno de los nuevos beatos.
Además, se incluía en la documentación la historia del proceso de beatificación, el motivo por el que se celebraba en la Catedral de Burgos (por primera vez en la historia) e incluso un “Y ahora, ¿qué?” con los actos posteriores y la causa abierta hacia la canonización y un breve glosario de los términos eclesiásticos utilizados. Todo en seis páginas en papel y, por supuesto, en su página web, que ha superado las 176.000 visitas.
Dicho así, puede resultar obvio que toda la información relatada pueda ser de interés para los periodistas y facilitar nuestro trabajo, pero puedo asegurar que no todo el mundo lo tiene así de claro y son muchos los actos a los que acudimos sin conocer de antemano con exactitud qué se celebra o quién asiste. Con los riesgos y pérdida de tiempo que ello conlleva para quien lo organiza y debe responder, si es que ha pensado en alguien para ello, a preguntas básicas y reiteradas por todos los periodistas asistentes. Esto por no añadir la posibilidad de contar con mesa, silla, toma de sonido, enchufes y hasta wifi, de lo que hablaremos en otra ocasión.
Un apunte más. Junto al dossier, en el correo electrónico donde se requería la correspondiente acreditación, Álvaro Tajadura incluyó en ambos casos un consejo: “es más que recomendable acudir con ropa de abrigo”. Los periodistas burgaleses hemos informado desde mucho tiempo atrás de la falta de calefacción en la Catedral y sufrido ese “fresco de Burgos” que se guarda incluso en verano entre las piedras del templo declarado Patrimonio de la Humanidad, pero no está de más este consejo práctico para los nuevos o los foráneos.
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