Los periodistas contamos cada día las historias de otros. A veces no. Hace un año, Yolanda Pascual escribía en El Correo de Burgos una columna titulada «De color violeta». El miércoles su exmarido le arrebató la vida. La dejó sin palabras. Palabras como estas que escribió entonces y que tras su muerte se convierten en un nuevo grito.
«No podemos mirar a otro lado ante una lacra que cada año deja un reguero de violencia y tristeza. Cien mil personas acudieron a una marcha contra la violencia machista, que las redes sociales convirtieron este grito contra el maltrato en ‘Trending topic’. Hubiera deseado que esta macro manifestación en Madrid no se hubiera celebrado. Sería un claro mensaje de que la violencia machista está erradicada como se hace con las enfermedades. Lo que ocurre es que no hay vacuna para ello porque este tipo de violencia está inoculado en el ser que la lleva a cabo. Forma parte de su ADN y de sus neuronas».
Desde entonces ha habido más manifestaciones. Demasiadas. Las últimas por ti. En la misma columna abogabas por la educación.
«Educación para poder detectar desde el minuto cero el maltrato; atención y prevención de la sociedad y de los poderes públicos. Esas son las vacunas y quizá así, un día no convoquemos macro manifestaciones».
Ojalá.
Por ti. Por tu hija. Por todas. #NiUnaMenos.