Entre estas dos imágenes ha pasado medio año y dos campañas electorales. El primer mitin del 2015 en Briviesca y la pegada de carteles de 2016. Cada partido político hace su campaña, cada ciudadano sigue las que quiere y, nosotros, los periodistas, las hacemos todas.
No solo los políticos tienen la culpa de que los periodistas no tengamos horarios, pero la campaña electoral es un buen ejemplo de nuestro día a día en este sentido, empezando por la «tradicional» pegada de carteles a las 12 de la noche.
Los mítines son a las ocho de la tarde, o convocados a las siete para llegar media hora tarde y no hacer ni un comentario, ni una disculpa al personal. Que no lo digo ya por nosotros, periodistas, que estamos para trabajar, sino por todos aquellos que siguen al político de turno y se merecen un guiño, una complicidad… una frase que demuestre que sabes dónde estás y qué hora es.
También está la modalidad de «almuerzo con afiliados», con su discurso-mitin al inicio rondando las tres de la tarde si el candidato llega a tiempo desde su anterior cita. Los políticos tienen estos días una agenda apretada. Hay periodistas que les siguen 24 horas y otros que, en cada lugar de destino, tenemos que intentar llegar a todo.
Llegamos. Escuchamos. Grabamos. Tomamos notas. Y, en ocasiones, al terminar, nos tenemos que esforzar por sacarle al político de turno un titular que enganche a los oyentes y lectores. Porque noticia debería ser algo novedoso pero, durante quince días (sin contar la indeterminada precampaña) los partidos repiten los mismos mensajes una y otra vez.
Entre unas cosas y otras, entre viajes y esperas, queda lo mejor, los compañeros. La literatura y el cine pintan un periodista aguerrido y solitario a la caza de la exclusiva. El día a día nos sienta juntos en ruedas de prensa, codo a codo en canutazos o, como en la imagen, compartiendo unas cañas antes de la última pegada de carteles.
*En las imágenes: María Orive, Rosalía Santaolalla, Lidia Sierra y Ricardo Ordóñez. Brindo por nosotros y por todos nuestros compañeros.