El artículo 20 de la Constitución Española defiende la libertad de expresión pero, también, el derecho a recibir información veraz, dos claves del ejercicio del periodismo y de su importancia para la sociedad. Así lo pusimos de manifiesto desde la Asociación de Periodistas de Burgos en el acto de la Constitución organizado por la Subdelegación del Gobierno y que reconoció nuestros 100 años de historia con la entrega de un ejemplar de las constituciones promulgadas en España editado por la Cámara Baja.
Desde la Asociación de Periodistas de Burgos defendemos este derecho a la libertad de expresión que es la base del ejercicio periodístico y, por tanto, de nuestro trabajo diario. Pero nuestra defensa no se basa exclusivamente en nosotros sino en la repercusión que nuestro trabajo tiene en la sociedad en general y que también está recogido por la Constitución.
En un mundo globalizado, marcado por las redes sociales donde parece que todo el mundo puede contar lo que quiera, hay que dejar claro que no todo lo que nos encontramos por los caminos de la red de redes es información y es periodismo. Las redes sociales no son periodismo, aunque puedan ser utilizadas por los medios de comunicación y los periodistas para difundir información. No todo el que escribe en redes sociales es periodista como no todos los que opinan en el bar tras los partidos son entrenadores o seleccionadores de fútbol.
Un periodista trabaja para ofrecer información a la sociedad, todos los días y no solo cuando le apetece o se le cruza una buena foto en su camino.
El periodismo es una profesión marcada en estos tiempos, entre otras cosas, por el efecto de la crisis en los medios de comunicación y en la situación en la que los periodistas desarrollan su trabajo. Desde las organizaciones profesionales denunciamos redacciones mermadas y situaciones precarias y defendemos unas condiciones dignas por nosotros, claro que sí, pero también como defensa de ese derecho de la sociedad a estar informado y a que nosotros les podamos ofrecer esas informaciones en las mejores condiciones posibles.
Además, los periodistas trabajamos, informamos, avalados por una titulación que acredita nuestra formación y con respeto a un código ético y deontológico que, entre otras cosas defiende, y volvemos al artículo 20 de la Constitución, el derecho al honor, a la intimidad, a la propia imagen y a la protección de la juventud y de la infancia.
Dedicado a Yolanda Pascual
En esta línea, el código deontológico incluye una serie de recomendaciones para abordar temas de triste actualidad como la violencia de género de forma que se contribuya con nuestras informaciones a generar tolerancia cero al maltrato, denunciar a los maltratadores y sensibilizar a toda la sociedad.
Los periodistas contamos cada día las historias de otros. A veces no. Yolanda Pascual, periodista de El Correo de Burgos, llegó a la portada de la peor manera posible. Asesinada en un nuevo caso de esa violencia de género sobre la que había escrito en varias ocasiones.
“De color violeta” se titulaba una columna que escribió apenas un año antes de su asesinato. “No podemos mirar a otro lado ante una lacra que cada año deja un reguero de violencia y tristeza”, decía entonces, y abogaba por el fin de las manifestaciones como la que, tristemente, hubo que convocar en su nombre. El fin de esas manifestaciones, decía Yolanda, “sería un claro mensaje de que la violencia machista está erradicada como se hace con las enfermedades. Lo que ocurre es que no hay vacuna para ello porque este tipo de violencia está inoculado en el ser que la lleva a cabo. Forma parte de su ADN y de sus neuronas”.
Palabras que tras su muerte se convierten en un nuevo grito y que hoy, en nombre de la asociación de periodistas de Burgos, quiero convertir en una dedicatoria, la de este reconocimiento que nos hace hoy la subdelegación del gobierno pero, especialmente, la de nuestro trabajo diario en lo que podamos contribuir a esa necesaria sensibilización para que no haya ni una mujer menos. Por tí, Yolanda. Por tu hija. Por todas.
100 años de periodismo
Pero no quiero que Yolanda se quede en un número más en el listado de las víctimas de violencia de género. Era periodista y miembro de la asociación a la que hoy represento. Días antes de su asesinato había participado en los talleres de medios de comunicación que, de la mano del ayuntamiento, impartimos en la cárcel. Hasta allí llevamos también nuestra defensa de la libertad de expresión. Y forma parte de esos cientos de periodistas burgaleses que llevamos un siglo contando lo que ocurre en Burgos.
La asociación de periodistas de Burgos ha celebrado su centenario dando la vuelta a la cámara y enfocándolos, en la medida de lo posible, a todos ellos. Mostrar que detrás de los medios de comunicación hay personas, profesionales comprometidos con el periodismo y apasionados con el que Gabriel García Márquez definía como “el mejor oficio del mundo”.
Un oficio que ha evolucionado a lo largo de la historia. Han cambiado los medios, las formas, los tiempos. La tecnología ha aportado posibilidades e inmediatez a nuestra profesión, pero la esencia sigue siendo la misma. El periodismo es el oficio de contar las cosas y desde la Asociación de Periodistas de Burgos esperamos que, por mucho que pase el tiempo y avance la tecnología, lo siga siendo.
Queremos seguir contando lo que ocurre en Burgos y hacerlo con profesionalidad y con la constitución en la mano, con ese artículo 20 que defendemos por nosotros y por toda la sociedad.
*Perdón por la extensión de este post, pero es un extracto de las palabras con las que, en nombre de la Asociación de Periodistas de Burgos, recibí el ejemplar de la Constitución y quería dejar constancia aquí de mi agradecimiento a Subdelegación del Gobierno por el reconocimiento y por darnos la oportunidad de reivindicar la vigencia del artículo 20 de la Constitución y recordar a Yolanda Pascual. Gracias además a todos los asistentes por las palabras que nos dejaron escritas y que hacen de este ejemplar de la Constitución un documento único.
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