Yo también fui becaria

Cada verano los medios de comunicación se llenan de becarios, futuros periodistas que tienen un primer contacto con la realidad de una profesión tan polifacética que, en cada lugar, puede llegar a parecer diferente y siempre lejos de las clases de la facultad y del imaginario cinematográfico y literario.

Yo también fui becaria. Corría el año 1997 y mis primeros días en Onda Cero de Burgos coincidieron con la liberación de Ortega Lara. Llamé a la puerta de la emisora y, sin llegar a entrar, me dieron una grabadora (de las de cinta casette) para que se la llevara a Luis Angel Rozas que ya estaba a las puertas del domicilio del ex funcionario de prisiones. Con la duda, casi convencimiento, de que era una «novatada», me fui hasta allí. El resto, es historia.

Ortega Lara liberación 2

Era becaria. No escribí ni una línea ni hice una sola crónica, pero aprendí más que en toda la carrera. Pegué la oreja a todos los compañeros que entraban en directo para contar la espera y la llegada en las radios de todo el mundo y confirmé que este medio es mi pasión. Tomé un café, dos, cinco… en el bar de al lado del portal escuchando a los periodistas burgaleses que habían seguido los 532 días de secuestro y a quienes venían de fuera (con ropita de verano en un «fresco» inicio de julio en Burgos) para contar el momento clave. Estuve el día de la liberación, el siguiente, y el siguiente del siguiente, cuando ya solo quedábamos otra becaria y yo sentadas en un banco frente al portal «por si pasaba algo». Un «por si» que, también aprendí entonces, marca el día a día. ¡En la de sitios en los que estamos «por si» esto o aquello!.

Por aquel entonces éramos ocho becarios en Onda Cero y, en Burgos, al menos nos juntamos medio centenar en una «cena de hermandad», por llamarlo de alguna manera. Cada vez veo menos becarios en verano. Podría escribir sobre la crisis, que también tendrá algo que ver, pero es que cada vez llegan menos solicitudes para hacer prácticas.

Habrá otro momento para reivindicar las condiciones en las que deben realizarse las prácticas, la formación y remuneración que implican. También para recordar aquellos maravillosos años en los que sabíamos que «no estamos locos, que sabemos lo que queremos», como canta Ketama.

Onda Cero 1997

Onda Cero Burgos. Verano 1997

Hoy me quedo con una foto para el recuerdo y un consejo a todos aquellos que sueñan con ser periodistas. Que no dejen pasar la oportunidad de acercarse a la vida real del periodismo y comprobar (o no, y es el momento de iniciar otro camino) que está tan mal como dicen pero es tan apasionante que engancha.

 


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